Así arranca la canción de María Elena Walsh (o de Pipo Pescador, no lo recuerdo y tampoco quiero abusar de mis fuentes y de google), pero convengamos que para volver a la entrañable Ciudad Autónoma, viajar en tren precisamente no es de lo mejor. Hablar de lo miserable que se siente uno en el trayecto viendo en las caras esos ojos abatidos de miles de ciudadanos, sintiendo el manoseo de inescrupulosos gobernantes y concesionarios y relojeando a los que se acercan a uno, no sea cosa que todavía te manoteen las pocas cosas que llevas encima.
Prefiero volver en el colectivo. Los ojos abatidos son los mismos, solamente cambia que hay aire acondicionado y uno puede recostar el asiento. Sin embargo, tampoco es de lo mejor: llegué a la Terminal a las 7:50 de la mañana, saco el boleto y me mando para la plataforma 6. La fila para ascender al colectivo empieza ahí, pero uno nunca sabe donde termina. Sigo la marea de gente y termino exactamente en la Boletería (sí, la cola envolvía literalmente a todas las boleterías - creo que en un momento pensé comprar un boleto en el Vía Bariloche-), eso quiere decir entre 30 y 45 minutos para subir al ómnibus colorado.
Una vez arriba sentía que al fin la Odisea había terminado; cuantas equivocaciones sigo cometiendo. Una vez que atravesamos el peaje de Hudson, el bondi marchaba a paso de hombre. A esta altura ya no podía seguir durmiendo así que desde ese momento hasta que baje en en Av. De Mayo y Huergo a las 10:00, me puse a pensar en algunas razones para que esto suceda:
1.- Muchísima gente trabaja en Capital; la lógica me lleva a que si la gente soporta el viaje todos los días es porque La Plata es una ciudad en la cual la actividad laboral no ofrece muchas oportunidades salvo que tengas algún “contacto”.
2.- Los salarios en la metrópolis son altísimos; ¿tan bien le pagarán a toda esta gente como para soportar esta desidia de 4 horas diariamente? Son 4 horas que no recuperan nunca más por día, 20 a la semana, ¡aproximadamente un día a la semana te lo pasas en la autopista La Plata-Buenos Aires! Son 52 semanas al año, 43 días aproximadamente en la autopista (más días en la autopista que de vacaciones!!!).
3.- ¿Por qué razón la autopista, en la mayor parte de su trazado, solo cuenta con dos carriles si circulan miles de automóviles por día?
4.- El país va bien; si tanta gente viaja en auto, eso supone que toda esa gente debe pagar combustible, seguros, mecánica y repuestos, entonces ¿por qué sostienen que las cosas marchan mal?
5.- Todavía me falta usar el transporte público en Capital que es otra Odisea de diferente color.
En fin, en fin, diría Córtazar, toda esta situación de la vuelta a la Capital, sucedió por mi estadía previa en La Plata. Nada cambió desde la semana pasada pensaba mientras buscaba algún lugar para comer algo y mis pasos resonaban por las típicas calles platenses –típicas en cuanto a veredas rotas, baches gigantes y suciedad desperdigada por todo el suelo-, hasta que empiezo a sentir murmullos y gentío y aplausos. ¿Qué puede estar pasando en la ciudad un domingo apenas pasado el mediodía? Era la manifestación frente a Tribunales de los trabajadores de la textil Mafissa , que reclamaban la liberación de sus compañeros detenidos la noche del jueves 17 de abril, durante el Operativo Desalojo de la Fábrica, del cual participaron alrededor de 700 efectivos que dejaban “la ciudad liberada”, como le gusta decir al intendente. Entre los manifestantes reconozco a Constanza A. y Francisco A., dos jóvenes militantes que estaban apoyando a los trabajadores y a sus familias en estos meses que fueron muy difíciles (para entender mejor la situación, haga click en Mafissa). Imagen Foto Gentileza Eugenia Marengo
Mientras charlábamos no pude obviar un dato que me pareció terrorífico: a cada uno de los trabajadores detenidos los alojaron en distintas comisarías. Se tomaron el trabajo de separarlos a todos los que fueron detenidos en el mismo lugar. ¿Eso no es tortura psicológica? Un poco más tontamente me pregunté si esto no era un conflicto laboral a ser resuelto por Trabajo y no por el Ministerio de Seguridad. ¿O el Ministerio intervino para demostrar que no solo intervienen cuando se “alquila” el Estadio Ciudad de La Plata a los equipos platenses de fútbol?
Lógicamente en la Capital Macri, quien antes de viajar por el mundo mostrándose como alternativa opositora al Gobierno de los Kirchner, no quiso ser menos que la provincia y mandó a desalojar el IMPA.
Aunque empecé con “Viajar en tren, es de lo mejor…”, la canción que una y otra vez tarareo es la del Mundo del Revés.
PD: para no extenderme demasiado no voy a escribir hoy sobre la escasez de alimentos global, que es una de las causas de las importantes crisis que vive nuestro Planeta Tierra. Menos mal que tenemos Patti guardado.
Max Acet.
yo.elciudadano@yahoo.com.ar
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